Se
tiene noticia de que la primera viña de Tenerife fue plantada por el portugués
Fernando de Castro, en el año 1497, y que John Hill, un inglés, plantó la
primera viña en El Hierro en 1526. La procedencia diversa de los primeros
colonizadores y la coincidencia en sus culturas del vino se tradujo en la
introducción en las Islas de las mejores cepas, con el deseo de lograr cuanto
antes una producción interna, evitando así los inconvenientes de recibir los
vinos del exterior en inseguros y lentos navíos. De esta forma, andaluces, extremeños, castellanos,
gallegos, navarros, catalanes, portugueses, franceses, genoveses y hasta
flamencos rivalizaron en su empeño, tratando de emular la calidad del vino del
vecino, dando lugar en Canarias a una riqueza varietal inigualable en otras
partes del mundo. La adaptación y aclimatación de variedades de procedencia tan
diversa hacen que estos viñedos importados prosperen desde los inicios. Ya en
la primera mitad del siglo XVI , y coincidiendo con la decadencia del cultivo
de la caña de azúcar, el vino canario cobra relevancia gracias a dos
circunstancias fundamentales:- la alta calidad lograda por el vino “Malvasía”,
elaborado con la variedad del mismo nombre que, procedente, según varios
autores de la isla de Candia (actual Creta), llega al Archipiélago en la
segunda mitad del siglo XV, seguramente desde Madeira, y la situación
geográfica de las islas, puente de tres continentes y escala obligada en las
rutas oceánicas de navíos comerciales, aventureros y piratas, que descubren y
difunden la calidad del “Malvasía” de Canarias, que va ganando adeptos y
prestigio universal.
Cabe
significar que los vinos isleños, especialmente los “Malvasías”, pero también
los vidueños (elaborados con variedades distintas a la malvasía), son los
primeros vinos generosos del mundo que fueron objeto de un comercio marítimo
importante, ya que, desde 1519 era conocida en Inglaterra la bondad de nuestros vinos y a partir de esa fecha se inician unas relaciones importantes con los
comerciantes de Bristol. Nace un próspero intercambio comercial que convierte
el cultivo de la vid y la explotación de los vinos en la principal fuente de
fortuna para el Archipiélago a lo largo de casi trescientos años.Este negocio,
que en algunas cosechas superó las 30.000 pipas (13.500.000 litros ),
según las antiguas datas de comercio, se realizaba con Europa y especialmente
con Inglaterra. A este mercado se unen las colonias portuguesas y españolas de
América y África. Los vinos de las islas tenían la fortuna de que mejoraban con
los viajes, dada su estancia en la madera (por lo que se pagaba a mayor precio
el vino denominado llegado “de retorno”). Su prestigio se impone de tal manera
que, en los palacios de las principales cortes europeas, nunca faltaba el Malvasía, “que alegra los sentidos y perfuma la sangre”, y que es distinguido
entonces como una Denominación de Origen, al dársele el nombre genérico de
“Canary”, de manera similar a como hoy se conocen Oportos, Burdeos o Jerez.
Historia y literatura Hechos históricos también están ligados al vino canario.
Tal es el caso del armisticio de Lousiana, donde, tras el acuerdo, se brindó
con “Málaga y Canarias”, o en el ataque del almirante inglés Nelson a Santa
Cruz de Tenerife en 1797, en que el general Gutiérrez, después de haber
derrotado a los ingleses y tras las capitulaciones, les envía un tonel de vino
malvasía.
Fueron
también varios los reyes que se aficionaron al Canary: Alejandro I, Zar de
Rusia; Francisco I de Francia y hasta el rey español Carlos III, de quien
decían las crónicas que “tomaba al día hasta tres copitas de vino que se hacía
traer de las Canarias”.Muchos fueron los puertos y caletas de las islas por los
que se realizó el comercio de los vinos canarios. Entre ellos se pueden nombrar
como más destacados los de Garachico , La Orotava , Santa Cruz de Tenerife,
Santa Cruz de La Palma y Las Palmas de Gran Canaria. Numerosas son las citas
sobre el vino canario que hacen en sus obras escritores famosos de todos los
tiempos: Shaskespeare, Walter Scout, Góngora y José Spillman entre otros.
Innumerables los relatos y anécdotas de viajeros y cronistas de entonces, en
los que el vino de las islas está presente y se le relaciona con
acontecimientos y personajes célebres que harían la relación interminable.
Gloria El comercio a las Indias se inicia y cobra fuerza a principios del siglo
XVI, de tal forma que las islas llegan a contar pronto con su propia flota para
realizar este negocio, que siempre se vio entorpecido y mermado por las
maniobras restrictivas que Sevilla y Cádiz, deseosas de comerciar su propia
producción de vinos, le imponían a través de la Casa de Contratación y Consejo
de Indias. Canarias siempre limitado en el tonelaje su exportación de vinos,
número de navíos y puertos de las Indias a donde se podían enviar las
mercancías y estuvieron condicionadas a la emigración obligatoria de “cinco
familias canarias de cinco miembros, por cada 100 toneladas embarcadas”, como
contribución al desarrollo de la población del Nuevo Mundo. Numerosas de estas
familias de colonos llevaron a América sarmientos de las islas, a pesar de la
prohibición expresa de las “Leyes de los Reinos de las Indias” de plantar vides
en las nuevas posesiones. De esta forma, la contribución del Archipiélago al
desarrollo de la viticultura en el nuevo mundo fue fundamental y nunca
suficientemente reconocida y ponderada. La independencia de Portugal de
Castilla, que trajo como consecuencia la pérdida del comercio de sus colonias;
el matrimonio de Carlos II de Inglaterra con la portuguesa Catalina de
Braganza, que favoreció el comercio de vinos de Portugal: Madeira y Azores con
Inglaterra perjudicando al que se realizaba con Canarias; la Ley de Navegación
dictada por el monarca inglés en 1661; y la creación en Londres, en 1665, de la
Compañía de Mercaderes que negocian para las islas Canarias" o
"Compañía del Monopolio"; fueron los grandes contratiempos en el
floreciente comercio de los vinos canarios.
Ellos vinieron a marcar el inicio
de la crisis. La política abusiva de los comerciantes ingleses de la Compañía
del Monopolio, establecidos en el Archipiélago, originan un gran malestar entre
los cosecheros sobre todo de Tenerife, principal isla productora. Este malestar
desencadena algunas algaradas de amenaza contra los ingleses, culminando con el
llamado "derrame del vino" en Garachico en la noche del 3 de julio de
1666, en la que "trescientos o cuatrocientos enmascarados violentaron las
puertas de las bodegas y destruyeron las barricas, derramando el vino, de forma
que se originaban arroyos en las calles", provocando, según Viera y
Clavijo, "una de las inundaciones más extrañas que se puedan leer en los
anales del mundo".
Datos obtenidos: http://www.enotenerife.com. http://www.vinoslapalma.com/
http://www.canarywine-malvasiacanario.com/2007/03/la-historia-del-vino-en-canarias-de-la.html
Durante
el siglo XIX las exportaciones de vinos de Canarias comienzan a ver su declive
por tensiones legales aduaneras y mercantiles con Gran Bretaña.
La erupción volcánica de 1706 que acabó con Garachico, el principal puerto de exportación de los vinos de Canarias, así como las plagas devastadoras de oídio en 1852 y después del mildiu en 1878, sufre este sector el descalabro definitivo del que ahora, por fortuna, se está recuperando.
A pesar de ello, es importante reseñar que aun con el sector en crisis, en las exposiciones de París en 1877 y de Madrid en 1898, los vinos de las islas hacen un excelente papel y así lo reconocen varios cronistas de renombre universal.
En la actualidad, los vinos de Canarias han recuperado su esplendoroso pasado y Canarias sigue siendo una reserva vitícola de excepción que cuenta con más de15.000 hectáreas
de viñedos cultivados, repartidas en
once Denominaciones de Origen.
La erupción volcánica de 1706 que acabó con Garachico, el principal puerto de exportación de los vinos de Canarias, así como las plagas devastadoras de oídio en 1852 y después del mildiu en 1878, sufre este sector el descalabro definitivo del que ahora, por fortuna, se está recuperando.
A pesar de ello, es importante reseñar que aun con el sector en crisis, en las exposiciones de París en 1877 y de Madrid en 1898, los vinos de las islas hacen un excelente papel y así lo reconocen varios cronistas de renombre universal.
En la actualidad, los vinos de Canarias han recuperado su esplendoroso pasado y Canarias sigue siendo una reserva vitícola de excepción que cuenta con más de
“O si él examinarse
sólo dos de nuestras comodidades, quiero decir con esto Canary Wine y pasas,
totalmente consumidas aquí, nos cuestan por año en dinero más de lo que pagamos
por productos exportados a las Canarias”.
John
Locke
http://www.canarywine-malvasiacanario.com/2007/03/la-historia-del-vino-en-canarias-de-la.html
Imgenes: Web, http://www.vinoslapalma.com/
Nota: La información e imágenes obtenidas de la web en algunas entradas de este blog, son exclusivamente para la divulgación y fomento del vino sin fines lucrativos.
Nota: La información e imágenes obtenidas de la web en algunas entradas de este blog, son exclusivamente para la divulgación y fomento del vino sin fines lucrativos.