LA BODEGA
El VIÑEDO
En el viñedo conviven perfectamente nuevas y viejas plantaciones de más de 80 años. El 100% de la vendimia se realiza a mano, respetando al máximo las cepas y consiguiendo así una mayor selección.
Los suelos de la subzona de San Martín son producto de la meteorización de granitos, gneises y rocas filonianas. El viñedo, “Pago Los Castillejos”, se asienta en la parte más alta de la localidad a 860 metros de altura sobre suelos arenosos de origen granítico con pH de 5,8-6. Su enclave paisajístico es único, rodeado de pinares, encinas, enebros, jaras y una gran variedad de plantas aromáticas y otra vegetación autóctona
La finca, con una extensión de 21 hectáreas, con viñedo muy repartido, la mayoría es de garnacha vieja, algunas con edad entre 80 y 100 años. Allí conviven viñedos viejos de Garnacha, plantados en el año 1930 formados en vaso a marco real, con plantaciones nuevas, seleccionadas para complementar la calidad. Las nuevas plantaciones, también con variedades experimentales, se realizaron entre los años 1999 y 2005, cuando estaba Telmo Rodríguez en el inicio de este proyecto, surgido de un riguroso estudio del suelo, adaptación y tipología.
Junto al viñedo propio, tienen arrendadas fincas y compran todas las uvas de Garnacha, algunas de más de 100 años. Para la compra de uva, las viñas son seguidas meticulosamente, fidelizando a los viticultores con las prácticas culturales. Seleccionan viñas en zonas altas, mejores en esta zona por el salto térmico marcado y sus suelos, obteniéndose rendimientos muy bajos, en torno a los 1.500-2.000 kg/hectárea, idóneos para desarrollar unas buenas crianzas y con ello un vino de guarda.
RESPETO A LA VIÑA Y AL ECOSISTEMA
Las Moradas de San Martín tienen las características y requisitos necesarios para ofrecer un producto de alta calidad, cuyo lema estriba en el RESPETO; a la viña, al suelo, al ecosistema y a la uva en su elaboración.
- Recuperación del viñedo: unificación y reestructuración del viñedo viejo de Garnacha como el mayor valor de nuestro proyecto.
- Respeto al medio ambiente: Las Moradas de San Martín está en medio de la naturaleza y busca el máximo respeto con su entorno. No utiliza herbicidas, ni productos químicos de síntesis contra plagas o enfermedades, sino que lleva a cabo tratamientos preventivos con productos naturales. La fertilización del suelo es exclusivamente orgánica, con estiércol, raspones, etc. Con influencias biodinámicas no estrictas. La zona es un verdadero pulmón natural, alejada de carreteras y de núcleos de población contaminantes, por lo que la atmósfera es muy limpia.
- Esmero en la elaboración de sus vinos: producidos artesanalmente, con el máximo cuidado en todas las fases por mantener el respeto de la UVA.
- Bajas producciones por hectárea: Los rendimientos de Las Moradas de San Martín son bajos por la edad de sus viñas, por la sensibilidad de la Garnacha al corrimiento (cuajado de flor a fruto), por sus suelos graníticos y por la poda, que busca el equilibrio en la cepa y no la mayor producción.
- Vendimia manual: El 100% de la vendimia se realiza a mano, con las consiguientes ventajas de no provocar heridas a las cepas, conseguir una vendimia libre de hojas y por supuesto una mayor selección.
Las instalaciones
Para la transformación de la uva se ha invertido en unas instalaciones sencillas y modernas dirigidas exclusivamente a la elaboración. Cuentan con los avances tecnológicos más punteros pero respetando la naturaleza de la uva sin dañarla. La bodega, construida para elaborar 100.000 litros, actualmente no está a pleno rendimiento con añadas de 18.000 litros a 50.000 litros. Poseen maquinaria respetuosa con la uva como son la mesa de selección, la despalilladora, los depósitos pequeños de acero inoxidable, la prensa neumática y un buen equipo de frío.
“una elaboración cuidada es el camino para conseguirlo”.
La empresa ha sabido conjugar el respeto y la integridad de todos y cada uno de los factores que intervienen en el proceso de elaboración del vino. Este procedimiento es natural, sin inoculación de levaduras ni bacterias exógenas, sino las propias que trae la baya. Sin acidificaciones debidas a la excelente acidez natural de la Garnacha bien establecida en esta zona, sin clarificantes ni filtraciones que alteren la pureza de la uva, y con niveles de sulfitados nulos o muy bajos hasta el embotellado, según la enóloga Isabel Galindo no quieren quitar el alma al vino…
Poseen una excelente nave para la crianza con un parque de barricas de diferentes capacidades de roble francés y algo húngaro, de distintos tamaños y usos, según parcela y añada, los vinos pasan a los depósitos, previo coupage, para su decantación y posterior embotellado, con control de temperatura y humedad óptimas para los vinos, requisitos necesarios para ofrecer un producto de alta calidad. Se embotella sin filtrar ni clarificar.
VINOS DE LA CATA:
1º. Senda 2012.
Un vino limpio y brillante. Color cereza intenso. En nariz se presenta la garnacha varietal con mucha complejidad. Aromas florales, de frutas negras y monte bajo con un fondo mineral y tostados de la barrica. En boca es frutal con unos taninos amables y excelente acidez. Su crianza es de diez meses en barrica de roble francés,
2º. Initio 2009.
Parcela “La Centenera” viñedo selectivo de cepas viejas.
Un vino limpio y brillante. Color Rojo picota. En nariz se expresa la Garnacha madura, aromas confitados, complejo, muy marcado el terruño con aromas de monte, hojarasca de otoño. En boca fondo mineral, toque de caramelo tostado, cacaos, chocolates, profunda persistencia, y muy bien estructurado. Su crianza es de 14 meses en barrica de roble Francés.
3º. La Sabina 2008.
Un vino limpio y Brillante. En color expresión total de la Garnacha. En nariz aromas a frutas rojas, regaliz, jara, eucalipto. En boca buena acidez, fresco, se ensalza la fruta de bosque, moras, arándano, cacao, balsámicos,. Un vino con personalidad y prolongado recuerdo en boca. Su crianza es de 13 meses en barrica de roble francés de 500 litros.
4º. Las Luces 2008.
Parcela "La Centenera" plantada en 1916, superficie 3,25ha.
Un vino limpio y brillante. Color rojo picota de alta capa. La nariz se presenta muy compleja con un gran abanico de aromas en los que los propios de la Garnacha se mezclan con los de la crianza, resaltando confituras de moras, ciruelas, regalices y cacaos con gran variedad de balsámicos como tomillos y romero, con un fondo muy mineral. Según se va abriendo aparecen notas más florales de azahar. En boca muestra elegante, amplio y estructurado con una carnosidad exultante. La fermentación maloláctica se llevó a cabo en barricas nuevas de roble francés de 500 litros, sobre lías, de forma natural, durante doce meses. El vino continúa la crianza en las mismas barricas durante nueves meses más.
5º. Initio 2006.
Un vino limpio y brillante. Color rojo picota de alta capa con ribetes granates. En nariz se presenta la garnacha varietal con mucha complejidad. Aromas de confituras de moras, ciruelas, azahar, regalices, cacaos, con gran variedad de plantas aromáticas silvestres y un fondo mineral. En boca se muestra vivo, elegante, amplio y estructurado, con una prolongada y profunda persistencia que lo hace muy personal. Su crianza es de 13 meses en barrica de Roble francés.
EL VINO Y LAS LETRAS
ETIQUETAS
Un homenaje a la literatura, pues el vino de esta zona es citado por los más importantes escritores del Siglo de Oro Español, y así lo han querido reflejar en las etiquetas de sus vinos.
-El texto que aparece en Las Moradas, es el título del último libro que escribió Santa Teresa.
“La Luz de Madrid"
Por fin, ahora lo entiendo. La vida es una maestra extraña, y no administra sus lecciones sometiéndose a los métodos pedagógicos generalmente aceptados. De hecho, se complace en dar largo rodeos, en llevarnos lejos de donde está el conocimiento que se trata de adquirir, y mezclarnos con asuntos, instantes y lugares que nada tienen que ver con él, como técnica para persuadirnos de alcanzarlo, admitirlo y hacerlo nuestro…
-El manuscrito que aparece en la etiqueta de Initio, corresponde al inicio del relato BRINDIS, escrito por Marta Rivera de la Cruz (Lugo, 1970),
“Brindis”
“Quizá por efecto de la penumbra, confundió la gota de vino con una mancha de sangre. Se había cortado con una copa rota cuando recogía la mesa, y pensó que aquel cerco de un violento color rojo había partido de la pequeña herida que tenía en la mano, pero enseguida se dio cuenta que el vino derramado era sólo la prueba de una noche feliz…”
“Si hubiese alguna magia en este mundo que no fuese magia,
sería el vino…”.
Lew Grossman
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